El Deseo Humano Más Poderoso. El Deseo Sexual
El deseo sexual es el más poderoso de los deseos humanos.
Cuando son impulsados por la energía de este deseo, los hombres y las mujeres
desarrollan algunas cualidades increíbles, que incluyen la visualización y la
imaginación, el coraje y la fuerza de voluntad y la capacidad de persistir a
pesar de todos los obstáculos y dificultades. La energía sexual es tan poderosa
que es la fuente detrás de todos los logros creativos considerados
"genios". Cuando una persona es capaz de transmutar o sublimar esta
poderosa fuerza vital, su capacidad imaginativa y su energía creativa se vuelven
imparables.
Aprovechar y redirigir nuestra energía sexual a menudo
requiere una gran fuerza de voluntad, especialmente hoy en día con imágenes
sobre sexualizadas con que nos bombardean en los medios de comunicación, la
televisión, el Internet, las películas, los conciertos e incluso la observación
de la forma en que algunas personas se visten en entornos públicos. Algunas
personas sienten que DEBEN expresar su sexualidad independientemente de su
efecto perjudicial sobre los demás (por ejemplo, atraer a alguien para que se
aleje de su cónyuge, forzar a alguien en contra de su voluntad o traicionar la
confianza de un compañero). Algunas personas van al otro extremo y niegan,
suprimen y evitan tratar con su sexualidad, en otras palabras, en realidad suprimen
y bloquean su energía creativa.
Cuando vivimos con miedo a nuestra sexualidad o
permitimos que nuestros deseos sexuales tengan prioridad sobre nuestra fuerza
de voluntad, no nos convertimos en nada más que un animal humano que busca su
próxima presa o se encoge de miedo por temor a ser una presa. Cuando
incorporamos toda nuestra energía sexual y aprovechamos la calidad emocional
hacia resultados nobles y beneficiosos, aprovechamos nuestra propia capacidad
espiritual que Napoleón llama nuestro "Sexto Sentido".
"Cualquiera de los estimulantes sanos de la mente
(como el amor, el deseo de fama o poder o dinero, el efecto de la música, la
amistad, la mente maestra, el sufrimiento mutuo o la auto-sugestión), según
Napoleon Hill, autor de “Piense y Hágase Rico" aumentarán temporal o
permanentemente las vibraciones del pensamiento ". De todas las
influencias posibles, el deseo de expresión sexual es el más potente, y el uso
de estupefacientes y alcohol, incluso si aumenta temporalmente la creatividad,
es lo más destructivo.
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